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El golpe de calor es un problema común en las mascotas durante los meses de verano, especialmente en climas cálidos y húmedos. Esta afección potencialmente mortal puede afectar a perros de cualquier edad, raza o sexo.

El golpe de calor en perros se define como un aumento no pirogénico de la temperatura corporal por encima de 104°F (40°C), con un espectro de signos sistémicos.1 La capacidad de reconocer rápidamente y comenzar el tratamiento del golpe de calor es vital para maximizar las posibilidades de salvar la vida del paciente.

 

HIPERTERMIA

El mantenimiento de la temperatura corporal normal es un aspecto importante para preservar la homeostasis y prevenir la interrupción del metabolismo normal. El centro termorregulador, ubicado en el hipotálamo anterior, mantiene la temperatura corporal dentro de un rango estrecho o punto de ajuste. Una hipertermia pirogénica, o fiebre, puede ser inducida por un aumento en el punto de ajuste en respuesta a una enfermedad.

Es importante diferenciar entre hipertermia pirogénica y apirógena, debido a la variación en la fisiopatología y el tratamiento de cada proceso patológico.

 

Hipertermia pirogénica

Si un perro desarrolla hipertermia pirogénica, la causa subyacente guía el tratamiento. El enfriamiento activo de un paciente con hipertermia pirógena provoca estrés metabólico y malestar físico. En un estudio en humanos, se indujo hipertermia pirogénica mediante una inyección de IL-2, una citocina pirogénica; luego, los sujetos fueron enfriados activamente, lo que resultó en un aumento en el consumo de oxígeno y reportaron malestar físico. En ese estudio, los sujetos con hipertermia pirogénica expuestos a calentamiento de aire forzado se sintieron más cómodos.

 

Hipertermia apirógena

Una hipertermia apirogénica, como un golpe de calor, no se debe a un cambio en el punto de ajuste termorregulador hipotalámico, lo que nos permite realizar un enfriamiento activo sin las consecuencias anteriormente comentadas.

Una elevación mínima de la temperatura corporal no pirogénica de 1,8°F (1°C) puede activar los receptores de calor que se encuentran en la periferia, lo que activa el centro termorregulador, que a su vez induce constricción de los vasos renales y esplácnicos, taquicardia y vasodilatación cutánea. Estos procesos dan como resultado un aumento del flujo sanguíneo a la piel, donde puede enfriarse. El hipotálamo también estimula la taquipnea y el jadeo para ayudar con el enfriamiento.

Las enfermedades relacionadas con el calor pueden variar en gravedad y, en los seres humanos, se clasifican según esa gravedad:

  • El estrés por calor rara vez se reconoce en pacientes veterinarios. Incluye algunas molestias y tensión fisiológica. La temperatura corporal central será normal.
  • Los calambres por calor rara vez se reconocen en pacientes veterinarios. Los calambres musculares se producen como consecuencia del agotamiento de sodio y agua. La temperatura corporal central será normal.
  • El agotamiento por calor incluye debilidad, ataxia, desmayos e incapacidad para continuar el trabajo que estaba realizando la persona. La temperatura corporal central será normal o ligeramente aumentada.
  • El golpe de calor incluye disfunción del sistema nervioso central, hipovolemia y disfunción celular. La temperatura corporal central será elevada.

 

TRATAMIENTO

Implementar el tratamiento lo antes posible, incluso antes de que el paciente llegue al hospital, mejora significativamente el pronóstico del paciente.

Enfriamiento

El enfriamiento activo es el aspecto más importante del tratamiento, aunque es posible que no prevenga los efectos nocivos del golpe de calor. Si es posible, indique al dueño que comience a enfriar a su perro durante el viaje al hospital. Un estudio reveló que los perros enfriados activamente antes de llegar al hospital tenían una tasa de mortalidad más baja (19%) que los perros no enfriados antes de llegar (49%).

Respiración

Además del enfriamiento activo, evalúe la permeabilidad de las vías respiratorias y, si es necesario, intube al paciente o realice una traqueotomía de emergencia. Proporcione oxígeno suplementario a través de una máscara o flujo para perros que respiran sin ayuda. Tenga en cuenta que las jaulas de oxígeno más antiguas que no tienen controles de temperatura y humedad pueden exacerbar la hipertermia.

Terapia de fluidos

Los líquidos intravenosos se consideran la piedra angular del tratamiento del golpe de calor. A su llegada, establezca un acceso intravenoso en el paciente y administre cristaloides a temperatura ambiente.1 Un bolo de cristaloides es beneficioso para los pacientes con insolación hipovolémica y hemoconcentrada. Los cristaloides brindan apoyo cardiovascular al expandir el volumen intravascular y aumentar el flujo sanguíneo hacia la periferia, lo que ayuda con el proceso de enfriamiento. Una vez hospitalizado, se deben continuar los cristaloides para proporcionar una terapia de fluidos de mantenimiento, así como para reemplazar las pérdidas continuas (observadas con vómitos y diarrea continuos).

Terapia médica

  • Antibióticos. Debido al alto riesgo de translocación bacteriana secundaria al daño gastrointestinal, considere antibióticos de amplio espectro, teniendo en cuenta la posibilidad de resistencia a los antibióticos. Una vez iniciada la terapia con antibióticos, continúe hasta que aparezcan signos gastrointestinales, como hematoquezia, melena, o hematemesis, se resuelve y el paciente está comiendo.
  • Soporte del tracto gastrointestinal. Los antieméticos (metoclopramida, dolasetrón, maropitant) son beneficiosos cuando el daño del tracto gastrointestinal o las anomalías del sistema nervioso central causan náuseas. Administrar protectores gastrointestinales porque es probable que se produzcan ulceraciones gastrointestinales. Los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, pantoprazol) son beneficiosos para prevenir o tratar la ulceración gástrica, mientras que la famotidina actúa como antagonista de los receptores H2 y también disminuye la producción de ácido. El sucralfato se administra por vía oral y actúa como un protector local que se une a las úlceras evitando daños mayores causados por el ácido, la pepsina o la bilis.
  • Soporte del SNC. Las anomalías del SNC son comunes en pacientes con insolación. En algunos casos, estas anomalías pueden deberse a un aumento de la presión intracraneal.
  • Se puede administrar manitol, un diurético osmótico que expande el volumen intravascular, disminuye la viscosidad sanguínea y la presión intracraneal y mejora la microcirculación cerebral, si el paciente tiene signos neurológicos. Si el manitol está contraindicado (como en caso de deshidratación, hemorragia intracraneal, edema pulmonar o anuria secundaria a enfermedad renal), en su lugar se puede utilizar solución salina hipertónica (7,2%-7,5%). La solución salina hipertónica aumentará el flujo sanguíneo cerebral, coronario y microvascular, además de disminuir la presión intracraneal. Al igual que el manitol, la solución salina hipertónica está contraindicada en caso de deshidratación.
  • El tratamiento de enfermería adicional de pacientes con sospecha de edema cerebral puede incluir la elevación de la cabeza y evitar la compresión de las venas yugulares.
  • Soporte cardíaco. Las arritmias ventriculares son comunes en pacientes que presentan insolación porque las células cardíacas son susceptibles a lesiones térmicas e isquemia. El daño al miocardio causa defectos en la conducción que conducen a arritmias ventriculares, que pueden tratarse con lidocaína.
  • Si los cristaloides no mantienen adecuadamente el volumen intravascular, considere la administración de coloides. También se pueden considerar los coloides si el paciente tiene hipoalbuminemia. Se recomienda plasma fresco congelado si el paciente tiene PT y/o aPTT prolongado.

 

MONITOREO

Iniciar el seguimiento del paciente a su llegada, incluyendo:

  • Signos vitales basales (frecuencia cardíaca, frecuencia y esfuerzo respiratorio, temperatura, color de las mucosas y tiempo de llenado capilar)
  • Presión arterial
  • Electrocardiografía (ECG)
  • Oximetría de pulso.

Aunque es poco probable que se observe en el momento de la presentación, el síndrome de disfunción orgánica múltiple (MODS) puede desarrollarse durante la hospitalización. MODS ocurre cuando 2 o más sistemas se ven afectados y comienzan a fallar. Debido a que el golpe de calor afecta múltiples sistemas orgánicos, el riesgo de desarrollar MODS es alto y el paciente debe ser monitoreado de cerca durante la hospitalización.

La colocación de un catéter urinario y el control de la producción de orina son beneficiosos en pacientes con insuficiencia o insuficiencia renal. La producción normal de orina en un perro que recibe líquidos por vía intravenosa es de al menos 1 a 2 ml/kg/hora. Una disminución en la producción de orina puede deberse a insuficiencia renal, hipovolemia o hipotensión. Si no se puede colocar un catéter urinario, se debe controlar de cerca la micción del paciente.

El apoyo nutricional es beneficioso para el sistema gastrointestinal. Mejora la integridad del tracto gastrointestinal y permite al paciente reemplazar proteínas, electrolitos y otros nutrientes importantes. Si el paciente no está dispuesto a comer, se puede colocar una sonda de alimentación nasoesofágica para permitir la alimentación lenta.

 

El seguimiento seriado durante la hospitalización debe incluir:

  • Evaluación del estado neurológico.
  • Frecuencia cardíaca, calidad del pulso, frecuencia y esfuerzo respiratorio, presión arterial y ECG
  • Análisis de coagulación: PT y aPTT
  • Hemograma: Volumen del celular (HCT)
  • Bioquímica: proteína total (PT), glucosa y electrolitos en sangre.
  • Lactato y equilibrio ácido-base
  • Producción de orina.

La respuesta al tratamiento se puede controlar, en parte, con pruebas seriadas de lactato porque la eliminación del lactato se asocia con la resolución de la hipoxia tisular.

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